Tuvalu, y por qué necesitamos más noticias así

Tras esta noticia que hemos conocido recientemente, Tuvalu implementará la blockchain de BSV para su documentación nacional. La idea ha sido desarrollada principalmente por Brendan Lee, CEO de Elas Digital, para demostrar que los cambios tecnológicos son posibles y necesarios en muchos casos.

Tuvalu es un país de Oceanía de unos 11.500 habitantes. Es una de las islas de la Polinesia, en el océano Pacífico, a unos 4000 km de Hawái y de Australia. Está totalmente aislado del mundo y por ser una isla que está completamente al nivel del mar corre el riesgo de ser de los primeros países en desaparecer por el calentamiento global.

Al parecer, Tuvalu carece totalmente de infraestructura bancaria, lo que lo hace un país perfecto para la digitalización. Todos los documentos que ahora tienen en papel pasarán a ser digitales, ahorrándoles un enorme coste, asegurando a su vez la autenticidad e integridad de su nuevo sistema. Todo beneficios.

Lo considero un hito, un hito muy necesario en el aspecto regulatorio y legal. Los países del primer mundo ya cuentan con una infraestructura digital controlada por sus propias entidades gubernamentales, por lo que para ellos la renovación de esa infraestructura no tiene apenas beneficios y presenta mas costes que otra cosa. Los ciudadanos, además, ya suelen contar con entidades de gestión electrónica, certificados digitales et al. Aquí el cambio se presentaría más como un coste derivado que como un cambio a mejor.

Personalmente, espero que sea el primero de una serie de cambios en las funciones del sistema (la palabra más importante del título del white paper). Hasta ahora hemos ido viendo como los desarrolladores iban trabajando en herramientas que daban lugar a proyectos de todo tipo: casinos, casas de cambio, billeteras, redes sociales… Pero hasta ahora no habíamos visto un caso de uso real de esta tecnología. Es la primera vez que solucionamos un problema real. Lo que veníamos haciendo era coger ideas ya existentes y construirlas usando la cadena de bloques aunque no fuese necesario.
En este caso la tecnología funciona como la base; como un registro de sucesos, como un servidor descentralizado de documentos. La escalabilidad garantiza que sus 11.500 ciudadanos puedan seguir con su cotidiana vida sin tener que preocuparse por las comisiones de trabajar en la “metanet”.

Si el proyecto tiene éxito será sin duda la mejor publicidad que nunca ha tenido bitcoin hasta la fecha. Potencialmente otros países podrían interesarse aunque solo sea para incluir una parte de sus sistemas en la cadena de bloques. Poco a poco irán descubriendo que esta tecnología lo hace todo más eficiente y más seguro. Ahí será cuando el cambio habrá empezado y ya no habrá marcha atrás.

Todavía queda mucho camino hasta que ese día llegue, pero no cabe lugar a dudas, creo que llegará. Solo tenemos que seguir trabajando y no parar hasta conseguirlo.

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