La potencia es infinita.
Por @laurdimbre
Uno de las confusiones más arraigadas de la filosofía es confundir la potencia con la posibilidad. La rae (https://dle.rae.es/potencia) incluso incurre en esta confusión en la acepción nueve. La posibilidad está determinada por las relaciones que establece lo actual. Los datos como actualidades ofrecen unas posibilidades que en ningún caso ha de confundirse con su uso potencial efectivo. Lo potencial efectivamente se contrapone a lo actual, lo posible no. La posibilidad es la forma de representar la actualidad, la potencialidad, por el contrario, es la forma del ejercicio que implica esa actualidad. El artículo de Craig Wright Work is infinite (https://craigwright.net/blog/economics/work-is-infinite/), es una manera de ilustrar esta confusión, asociada a no diferenciar adecuadamente la representación del ejercicio. Dividiremos el artículo de Craig en diez tesis explorando esta diferencia entre lo posible y lo potencial, entre la representación y el ejercicio.
La primera tesis: las máquinas no desean, para que haya deseo ha de haber un cuerpo, un agente capaz de desear, pero lo que si ocurre es que las máquinas configuran el deseo de esos agentes, pongamos un ejemplo, las comunidades del Paleolítico que conocen el fuego no son capaces de desear lo mismo que aquellas que sí lo conocen, si se dice el fuego desea, no significa otra cosa que señalar gracias a qué tecnología se configuran los deseos. La frase de Craig está al final del primer párrafo en la que critica el falso concepto de la inteligencia artificial, la errónea concepción de automatización que no sólo es fruto de la ignorancia sino de la mala fe, y esta concepción está destinada a controlar los deseos de aquellos que usan los instrumentos por otros diseñados. La automatización responde a unos algoritmos a los que mágicamente se les atribuye la voluntad, pero la voluntad no es más que la de aquel que establece un sistema orientado a capturar valor en las acciones de los individuos que usen esos automatismos, a los que también hay que atribuirles voluntad.
La segunda tesis es que esta concepción está muy arraigada en Silicon Valley y dice que responde a la creación de una: distopía tecno-comunista, ya que tratan de pasar por alto nuestros ojos y crear un mundo basado en el control y la venta de nuestra información. Lo que ofrecen estos “tecno-comunistas” es una suerte de posibilidades diseñadas por los algoritmos, el todo usuario final que las usa ofrece una información que está destinada a aparentar que es el resultado de las posibilidades de esa tecnología y de esos algoritmos, y no de la acción final del usuario, de la que se alimenta finalmente, es decir, las posibilidades de ese diseño han sido realizadas pero, eso sólo es posible si algún individuo es capaz de llevar a cabo una acción, usar esa tecnología, y descubrir el potencial uso de la misma gracias a los deseos de ese individuo, la información de esas acciones por muy poco valor que tenga no deja de ser nueva, la trampa del tecno-comunista es presentarla como ya dada y establecida por ese sistema que él, sin embargo, ha creado. El endiosamiento del tecno-comunista que acompaña a esta concepción es inevitable. La información, el trabajo, las acciones dependen de un potencial muy concreto que no puede reducirse a ninguna condición de posibilidad de ningún sistema. La posibilidad no tiene como finalidad realizarse, la posibilidad sólo es un sistema de reconocimiento de acciones hechas según un potencial, que sólo puede remitir a su efectivo ejercicio y no a su representación, si no fuera así, jamás habrían formas nuevas de representar lo que hacemos, jamás habría campos nuevos de saber, no aumentaría la especialización
La tercera tesis señala al emprendedor como el protagonista del capitalismo. Es el emprendedor el que comprende esto, el verdadero valor está en la información que se crea en cada acción y que no está dada en las condiciones de posibilidad con las que emprende. El emprendedor siempre está en territorio desconocido, el tecno-comunista está satisfecho con ofrecer instrumentos y algoritmos a los usuarios. Los usuarios en muchas ocasiones sacan grandes beneficios de integrarse en los sistemas que se le ofrecen pero sin entender que el verdadero valor no está en usar ese sistema que puede incluso representar “un avance científico masivo” o nueva tecnología. Por tanto, ni uno ni otro (ni el tecno-comunista, ni el usuario de los que ofrece el tecno-comunista) representan el emprendedor (según la perspectiva de Craig), para Craig el emprendedor crea nuevos sistemas, a veces, instaurando un proceso comercial, de intercambio, que les permita mejorar la sociedad, y no tiene el empresario por qué estar necesariamente en la vanguardia tecnológica. La noción de emprendedor que maneja Craig tiene una fuerte connotación antropológica, en la medida que recuerda que el ser humano necesita constantemente poner a prueba lo que tiene y lo que sabe para sobrevivir.
La cuarta tesis Nunca habrá escasez de trabajo ni de bienes. Esta tesis es resultado de la concepción antropológica de la función empresarial. La concepción de la escasez de trabajo y de bienes radica en que se concibe según el sistema o condiciones de posibilidad que proporcionan trabajo y bienes, pero como ya hemos dicho estas condiciones nunca generan nada, en sentido estricto, por eso, en muchas ocasiones las tecnologías quedan obsoletas y se provoca la resistencia de los individuos a abandonarlas, ya que les proporciona un trabajo, un salario y consiguen los bienes para seguir sobreviviendo, pero cuando las condiciones sociales (que siempre han reclamado la función empresarial) hacen obsoletas esas condiciones técnicas aparece la resistencia, las protestas, y se reclama al Estado que restablezca las condiciones de posibilidad donde yo tenga trabajo, salario y los bienes que me merezco, pero el Estado sólo puede ofrecer lo que constituye su naturaleza, unas condiciones de posibilidad, de representación de la información (habría que añadir información honesta) en la que los individuos se reconozcan en su función emprendedora. Por eso es necesario definir el Estado por los medios técnicos, y las posibilidades que despliegan éstos, y por los problemas reales que la sociedad se plantea según estos medios. De este modo tiene sentido la definición de capitalismo que ofrece Craig, e integrar una noción de Estado en la que lo importante sea los instrumentos de registro de información de esa sociedad, y en torno a estos dos extremos puedan organizarse gobiernos, corporaciones y demás.
La quinta tesis: El capitalismos es un sistema que funciona con reglas y dentro del orden. Es un medio para medir los deseos y los deseos, que cambian momento a momento, de una masa no uniforme de personas y un medio para clasificar los conflictos entre lo que la gente quiere y lo que está disponible. Esta es la tesis que permite ver la diferencia entre posibilidad y potencia, entre representación y ejercicio, o también el papel del Estado como el instrumento capaz de registrar coordinadamente lo que hacen los agentes, señalando unas posibilidades, según el efectivo ejercicio potencial del individuo, desarrollando su función empresarial. Y es que como ya advertíamos con cada acción humana singular se lleva a cabo la función empresarial aunque no se quiera, es la forma de medir nuestros deseos llevándolos a cabo, en un medio siempre de incertidumbre. Estos individuos se distinguen precisamente por esas acciones y sólo son masa uniforme para el tecno-comunista respecto de los instrumentos y algoritmos que ofrece, propiciando en última instancia mala información (probablemente uno de los mayores problemas del Big Data sea éste que está pensado por este perfil de tecnófilos), que no permite clasificar los conflictos entre lo que la gente quiere y está en potencia de alcanzarlo y lo que está disponible, o como se vislumbran, se representan, unas posibilidades.
La sexta tesis: En Occidente, nadie está restringido de la educación. Otra forma de decir esto que señala Craig es que en Occidente la gente puede poner entre paréntesis la función empresarial (tal y como hemos intentado definirla en el sentido antropológico que obliga a buscar información para sobrevivir), lujo que no pueden permitirse otras muchas personas en la tierra. Debe recordarse que la palabra escuela viene de scholeia como tiempo libre, ocio, frente al negocio que obliga a ocupar el tiempo en adquirir los recursos necesarios para garantizarse la supervivencia. En estas líneas puede señalarse que para Craig hay algo vergonzante en la actitud de muchas personas de Occidente en el uso de la scholeia, o tiempo libre, que para los griegos era el tiempo que va desde los 12 a los 18 años aproximadamente. En la actualidad, y en Occidente, el lujo de esa scholeia no se reduce a ese período de tiempo, sino a cualquier tiempo en el que el individuo (occidental) puede destinarlo al estudio, a conocer lo que el conocimiento actual de la sociedad le ofrece, y aprender a desear (que es aprender a conocer el potencial que cada uno tiene). Es difícil desear porque como dice el propio Craig es muy fácil sumarse a los deseos de otros, que nos ofrecen posibilidades (o falsos potenciales de Coach, con sus coachings infumables). Entonces, sigue diciendo Craig, muchos individuos se unen a movimientos protesta. “Es simple y les permite fingir que están haciendo algo cuando realmente son flojos. No requieres mucho pensamiento repartir folletos y unirse a una religión, ya que gran parte de lo que la gente habla como verdaderos problemas genera una religión”.
Quizá sea la séptima tesis que presentamos aquí la que más nos conmueve, y explica una teoría del conocimiento más interesante. La naturaleza no existe, sólo existe como problema para el ser humano. En palabras de Craig: No hay nada sin humanidad que importe. Antropomorfizar la tierra como Gaia simplemente no reconoce que la tierra no es una entidad viviente y que la tierra no tiene deseos. La realidad es que los humanos y solo los humanos han desarrollado un deseo consciente y una habilidad que nos permite explorar y desarrollarnos. Presentar la tierra como Gaia la convierte en un misterio para iniciados, sin embargo, presentarla como el verdadero problema humano, que sólo importa por lo que hacemos y no por lo que supuestamente es, la Tierra o la Naturaleza, aunque parezca lo contrario esta visión, basada en el hacer humano, y no en el ser natural, es una visión más humilde que hacer algo grandioso de la naturaleza y señalar la condición insignificante del ser humano, a lo Carl Sagan. Craig apunta a dónde están los verdaderos problemas, en los instrumentos que nos permiten plantearlos. Además es imposible situarse fuera de lo que hacemos.
La octava tesis: nosotros creamos. Y al hacerlo, encontramos soluciones a todos los problemas que existen. El nosotros creamos significa que es la acción humana singular con el potencial concreto delimitado en cada caso por unos instrumentos, la que puede plantearse problemas que puede resolver. La mirada es corta, superficial porque no es posible otra. El conocimiento es una cuestión óptica, y háptica. El ser humano está condenado a mirar el dedo cuando señala a la luna. La expresión el necio mira el dedo cuando se señala a la luna, es una expresión de falsa sabiduría, jamás el ser humano miró a la luna sino fue capaz de convertir a su dedo en un instrumento de señalar.
La tesis nueve parte de que afirmaciones sobre el desconocimiento profundo de eso que se llama naturaleza, o sobre la inmensidad de la información que sólo puede ser conocida por Dios no dejan de ser afirmaciones que olvidan que el conocimiento del ser humano es superficial, es decir, que conoce en la medida que reconoce los instrumentos que utiliza, que el conocimiento empieza y acaba en ellos, y por tanto, es un conocimiento completo, pero esa completud del conocimiento está abierto a lo nuevo, a generar nuevos sistemas. Cada día que pasa lleva a menos pobreza, más vacunas, vidas más saludables y más libertad en todo el mundo. Algunos intentarán decirle lo contrario Por completud se ha de entender los instrumentos en torno a los cuáles la infinitud de acciones humanas singulares tienen sentido. El verdadero valor está en las acciones humanas concretas y singulares capaces de en cada caso resolver ese problema que es siempre el mismo, ser capaces con aquello que reconocemos, con aquello que nos ofrece unas posibilidades encontrar la mejor forma de usarlo. La completud en Bitcoin la resuelve el mundo pequeño de los mineros sosteniendo el libro contable mayor. Y el uso que se haga de este libro contable no dice tanto de las condiciones de posibilidad del instrumento mismo, sino del potencial humano incorporando acciones de bajo valor que no tienen por qué perderse necesariamente en automatismo y algoritmos que esconden sin embargo, tales registros. Esta tesis de Craig muestra su optimismo y realismo a partes iguales de la condición humana. De ahí, la conclusión y décima tesis.
Son los empresarios (la condición real de la función empresarial son las acciones singulares y concretas de cualquier individuo) de la sociedad los que crean el cambio. La función empresarial es lo que ensancha, aumenta el conocimiento del ser humano, sin embargo, esta función es algo paradójica, ya que no es una función que se dé en el vacío, no hay potencialidad de cualquier cosa, lo potencial está determinado por una actualidad, por unas condiciones de posibilidad con las que sin embargo, no se confunde la potencialidad. La función empresarial se desarrolla en cursos de acción recurrente combinando dos tipos de cursos de acción distintos. Por un lado, tenemos los individuos que saben algo, una profesión, un saber sobre cualquier cosa, el empresario debe estar atento a estos signos, sabe que esos individuos son como nodos de conocimiento, de los que conoce, a veces, sólo lo que expresan, cada acción de estos individuos puede ser valiosa. La exhaustividad de Bitcoin radica en que ofrece la posibilidad de que no se pierda el más mínimo potencial humano que lleva a cabo con sus acciones. Por otro lado, el empresario puede reconocer también muy pobremente cómo están relacionadas las cosas, sabe que ciertos instrumentos pueden tener alguna relación con otros, estos instrumentos son de todo tipo, los que tienen una posición más amplia son los financieros, pero no sólo los financieros. Bitcoin a parte de ofrecer una imagen de la completud y la exhaustividad también ofrece una imagen de la superficialidad que son los signos de medida de la acción humana, a saber, las unidades monetarias. Este tipo de signos que podemos llamar conectivos y relativos respectivamente son los que cualquier individuo debe estar atento para ejercer su función empresarial, para informar a la sociedad de cuál puede ser útil en un momento dado y en un lugar determinado. La función empresarial puede ser pequeña, y no representar más que una mínima mejora respecto del funcionamiento social en general, Craig señala esto al inicio del artículo para diferenciar al empresario del capitalista. Completud, superficialidad y exhaustividad explican Bitcoin al igual que explican la acción humana singular y concreta.