Muchos medios han extendido la idea de que Bitcoin constituye un activo resistente a la censura, por tratarse de una red descentralizada. ¿Qué hay de cierto en estas afirmaciones? ¿Es verdad que la primera criptomoneda no se puede confiscar?
La semana pasada presenciamos la detención de la mayor red mundial de pornografía infantil, operación que fue posible gracias a la trazabilidad de Bitcoin, la criptomoneda que esta red utilizaba en sus transacciones. En la operación fueron detenidas 338 personas de diferentes países del mundo.
Migas de pan digitales
Como aseguraba en una reciente entrevista la ex fiscal de Estados Unidos Kathryn Haun, «Bitcoin no es anónima, sino pseudónima, y hay una importante distinción ahí […] Si acaso, es como migas de pan digitales. Hablando como ex investigadora y fiscal, de hecho nos encantaban los casos que involucraban a Bitcoin, mucho más que el dinero en efectivo. Y a veces incluso más que las transferencias bancarias, porque resulta que Bitcoin es altamente trazable».
«Me asignaron un caso contra Bitcoin. Era 2012-2013, y rápidamente aprendimos que no se puede procesar a Bitcoin, sería como procesar al dinero en efectivo, no es posible. También descubrimos rápidamente que no es deseable. Había a su vez cosas buenas en esta nueva tecnología. En su lugar, igual que hacemos con el efectivo o las transferencias, lo que hicimos fue enfocarnos en los malos usos de esto», reconocía también Kathryn.
La ex fiscal estadounidense, que hoy forma parte de la junta directiva de Coinbase, es muy consciente a su vez de que las criptomonedas constituyen el futuro del dinero.
Bitcoin es rastreable
En consecuencia, no parece que Bitcoin sea el activo ideal para llevar a cabo actividades delictivas. Ayer mismo, Craig Wright cumplía 49 años, y publicó un artículo en su blog, titulado «Bitcoin combate la corrupción», donde escribía lo siguiente:
«Como vimos con el colapso de Silk Road y —justo el otro día— con la detención de cientos de personas implicadas en redes de pornografía infantil, Bitcoin permite el seguimiento de la actividad delictiva, lo que facilita a los organismos encargados de la aplicación de la ley poner fin a esas actividades.
Si crees que Bitcoin es un sistema que derriba al gobierno y produce anarquía, te has llevado a un gran engaño. El diseño de Bitcoin permite a los usuarios individuales —a través de la verificación de pago simplificada (SPV)— actuar como iguales. Es un sistema que permite a los individuos tener privacidad. Es un sistema que elimina hábilmente cualquier rastro de anonimato de la manera en que algunas personas parecen entenderlo».
«Si compras drogas con Bitcoin, quedarás registrado para siempre. Cuando compras pornografía infantil usando Bitcoin, tu crimen atroz será descubierto. Si creas un ransomware basado en Bitcoin, eventualmente tu dinero será confiscado», añadía Craig.
Protocolo y censura
Queda claro, pues, que los movimientos de bitcoins entre personas resultan rastreables. Sin embargo, ¿es cierto que las transacciones entre iguales no se pueden detener? Aquí la respuesta no es tan simple. Según Lindsay Revell, «los mineros de Bitcoin son los encargados de hacer cumplir las normas, los mineros operan en el mundo real, el mundo real tiene leyes, los mineros son personas, los mineros y su capital están sujetos a la ley gubernamental».
Además, el primer paso para que una transacción no se pueda censurar es que nadie pueda alterar el protocolo. El 15 de abril, en otro artículo titulado «BTC y censura», el propio Craig Wright recordaba la importancia que Satoshi Nakamoto otorgaba al «protocolo grabado en piedra»:
«La única forma en que Bitcoin puede expresar resistencia a la censura es tener un protocolo estable. Con un protocolo estable, lo que hoy en día se puede censurar temporalmente, por cualquier razón, siempre puede ser reproducido más tarde».
Una forma de censura
Desde que las élites bancarias asumieran en 2016 el control del protocolo, Bitcoin restringió deliberadamente el tamaño de bloque y añadió RBF (Replace By Fee), algo que suponía una discriminación económica para los usuarios con menos recursos. Al no poder asumir las elevadas transacciones en periodos de gran congestión de la red, estos cambios suponían, en efecto, una forma de censura. Pero no sólo eso:
«Un protocolo estable es importante; una transacción firmada sigue siendo válida en Bitcoin. Tal no es el caso cuando el protocolo cambia. La introducción de cambios en el protocolo significa que una transacción que es válida actualmente puede no ser válida más tarde.
Para que una transacción sea resistente a la censura, debe poder reproducirse ahora y en el futuro.
Si cambias el protocolo, no puedes hacer la misma promesa. Así que BTC está llena de censura. Por consiguiente, BTC no es Bitcoin, sino que se trata de censura».
¿Censura o confianza?
Incluso nosotros mismos también nos lo creímos al principio. Sin embargo, cuando nos aseguren que Bitcoin es resistente a la censura, habrá que preguntarse si no hay en esa información intenciones ocultas. O quizás, simplemente, ignorancia. Y es que, más que mencionar la censura, tal vez deberíamos comenzar a hablar de confianza.
«Bitcoin, al crear un sistema que captura lo que la gente hace, nos permite formar confianza. Bitcoin no se trata de destruir la confianza. Al contrario, Bitcoin va de crear confianza. Si sabes que no tienes que temer a la persona con la que estás tratando; si sabes que cuando cometen un delito, serán capturados, que si te defraudan, les quitarán el dinero y te lo devolverán, que si intentan robarte el dinero, perderán todo lo que buscaban ganar……
…entonces podremos construir un mundo basado en la confianza».
En definitiva, como añadía su creador, «Bitcoin y cualquier derivado, incluyendo BTC, es fácil de confiscar, y no hay forma de evitarlo. En los próximos meses, veremos a Bitcoin llevando a cabo el seguimiento de la delincuencia y la incautación de los productos del delito. Veremos cómo se les quitan sus BTC a los criminales».
Link original: https://www.tucriptomoneda.com/bitcoin-resistente-censura/