Blockchain: principio del hacer

Por @laurdimbre

https://www.youtube.com/watch?v=IVgqvOvabVQ&t=727s

https://www.youtube.com/watch?v=674vxnX71l8

(Advertencia este texto no trata ni de Blockchain ni de Bitcoin BSV, trata de filosofía, entendida como teoría de lo que hacemos. El hacer distingue entre producir y usar, además de representar que corresponde con los términos griegos de poiesis, praxis, drasis - drama respectivamente. La hipótesis es que representar el hacer tanto el uso como la producción ayuda a entender, a innovar. Lo más importante del representar es su estabilidad lo que ayuda a entender los recursos del hacer. El dinero debe ser esa información estable que de luz no sólo a la producción y el uso sino que pueda captar las acciones cada vez más complejas de intercambio e incluso ser capaz de evaluarlas mientras se llevan a cabo. La Blockchain es principalmente la estabilidad necesaria que todo hacer requiere).

Lo dos vídeos de arriba sirven para ilustrar el célebre Mito de la caverna de Platón. El tópico más célebre de la filosofía de éste. El amable lector debería, si no conoce el citado mito, echar un vistazo a los vídeos antes de seguir leyendo. La imagen del ser humano contenida en este mito es la de un individuo que ha de romper las cadenas de la ignorancia que lo atan en pos de un ascenso a la sabiduría, en forma de iluminación para retornar al mundo oscuro dónde estaba encadenado y así liberar a sus semejantes. Sin embargo, ¿cabría leer leer el mito de otro modo?, desde una perspectiva productiva, por ejemplo, aplicando el mito como una alegoría de la producción misma. Producción en el sentido de poiesis (entendida como producción de una obra exterior al propio agente).

La caverna, el interior, olvidémonos, por ahora, del exterior es la forma de un saber cualquiera, el saber de un carpintero, el saber de un zapatero, un herrero, etc. En esta imagen las cadenas no son algo negativo son más bien las acciones que un carpintero debe encadenar para producir una mesa, una silla, lo mismo que un zapatero un zapato, o un herrero o un panadero, las cadenas representan el encadenamiento de acciones que han de aprender para producir algo, y no sólo se encadenan las acciones para producir algo, sino que esta semejanza en el encadenamiento con otros con los que comparten saber también es una forma de encadenarse ya no a la acción para producir el producto, sino las acciones semejantes los encadenan a otros productores contemporáneos suyos, los carpinteros podrán competir entre sí pero también forman parte de un saber que comparten.

El mito dice que están encadenados con la mirada hacia adelante y con dificultad miran a su alrededor y es casi imposible mirar atrás. Sus vistas están puestas en unas imágenes que tienen delante, sabemos por el mito que esas imágenes son causadas por algo que hay a las espaldas de los productores.

La siguiente tesis es que lo que tienen delante los productores es el resultado de su hacer, las mesas, los zapatos concretos, estos como productos son exteriores a su hacer (tal y como se define poiesis, lo que aparece al final del encadenamiento de acciones). El saber de un carpintero no es un saber de mesas, en sentido estricto, es un saber que maneja la madera y las herramientas para producir la mesa pero no conoce la naturaleza de la mesa que fabrica, esta es exterior a su saber, es una imagen, en sentido estricto una imagen antes de hacerla que se representa, esboza, y una imagen después de producirla, una vez que está en manos del cliente o usuario para quien fue fabricada.

Entonces, tenemos los humanos encadenados y las imágenes que contemplan como lo que saben hacer y el resultado de su hacer. Ahora bien, en el interior de la caverna hay dos partes más a las espaldas de los que están encadenados, unos sujetos que portan objetos que sortean un tabique que está inmediatamente detrás de nuestros encadenados, el reflejo de los objetos que se ve en la pared lo produce la luz del fuego cuando se proyecta sobre ellos, además también se oye las voces que de los sujetos que “sujetan” tales objetos.

¿Qué representan estos sujetos y objetos de los que se oyen voces y causan las imágenes que ven delante de sí los productores? Son por un lado las verdaderas formas y por otro lado los verdaderos enunciados de aquellos que las ven inmediatamente. La dificultad es advertir en qué consiste esa verdad, desde nuestra perspectiva, la verdad no puede ser otra que la de asegurar la producción (el correcto encadenado y la producción de imágenes, y también la opinión verdadera sobre esas producciones). Los sujetos y objetos verdaderos son las causas y las condiciones de este saber. Los sujetos y objetos verdaderos e interiores al propio saber no pueden ser otra cosa que la tradición, pero la tradición está hecha de un logos que no tiene porque diferenciar en su discurso los elementos míticos y racionales, de hecho logos en su acepción del discurso es a su vez mito y razón. La verdad de esta tradición es que sigue produciendo aquello que se espera, el carpintero produce mesas, el zapatero zapatos, pero lo que se dice, enuncia, lo que escuchan los productores que viene de su tradición no tiene porque corresponder a un discurso verdadero, sólo a la opinión. La mayoría del saber discursivo sobre las artes está compuesto de tópicos que responden a una lógica discursiva y que no tienen porque reflejar la efectiva producción. Ahora bien esa tradición no viene de un pasado histórico sino que viene más bien de un tiempo que está fuera del tiempo, es el tiempo de las posibilidades. Las posibilidades tienen la forma de los proyectos como posterioridades anteriores, los objetos y sujetos verdaderos son la forma que ha de alcanzarse después pero que están antes.

Falta un elemento del interior de la caverna por analizar, el fuego que da sentido a la escena. ¿Qué hay en la producción distinto a las imágenes producidas, a los productores cualificados como tales, y a las formas verdaderas de tal saber? Algo que no tenga una forma bien definida (al igual que la imagen de la hoguera) pero que sin ello no pueda funcionar ningún saber, esto no es otra cosa que las acciones mismas aquellas que iluminan cualquier saber aquellas que desaparecen en lo producido, las que identifican a los productores que las encadenan, y aquellas que son susceptibles de ser representadas en enunciados y estados de cosas, pero cualquier acción representada se convierte en imagen, en hecho, con lo que pierde su naturaleza, según una forma opaca. Estas acciones caracterizan los saberes como instituciones porque no sólo se tienen que ver con la calidad de lo producido, también con la formación de los productores y la conservación de las verdades de tal saber. En este sentido el fuego como las acciones presentes se constituyen como un antes pero que sólo pueden ser anterioridades a ese saber en tanto que el saber se práctica, se ejercita, el fuego es una anterioridad posterior. El ejemplo puede ser el siguiente: sólo un zapatero que sabe y cuanto más sabe es más capaz de alcanzar su máximo potencial de conocer la naturaleza (anterior) de su saber, pero sólo adquirida después. Mientras que las verdaderas formas representaban la posibilidad de un saber, el fuego representa el potencial del mismo. Desde el punto de vista de la temporalidad la posibilidad es una posterioridad anterior y el fuego una anterioridad posterior.

Pero, ¿entonces qué significa salir de la caverna? La respuesta nos la brinda el estatus de imagen de la producción, lo que está en el fondo de la caverna es lo que realmente nos permite salir de ella. La pregunta es qué saber trata como imagen la mesa para el productor que la entrega a un cliente que mientras no la posea también es una imagen, una conjetura para él. Pongamos un ejemplo, el de una sierra hecha por un herrero para un carpintero. Cada uno de ellos pertenece a un universo (caverna) en el que sus verdades son incomunicables la sierra para el herrero es el producto final, y sus verdades a las que da la espalda son el fundamento de esa fabricación, el carpintero que recibe la sierra sabe que es un instrumento necesario para encadenar las acciones, por ejemplo, para hacer una mesa para el zapatero.

¿Qué medio, horizonte, permite a estos artesanos salir de la caverna para realizar estos intercambios? Platón tenía delante la ciudad, el saber que hace de los artesanos de la caverna que es su universo es un universo que integra todos ellos, pero se advierte una pregunta más ¿qué imágenes permiten que el universo del carpintero que quiere adquirir una sierra comunicarse con el herrero que necesita producir una sierra? La respuesta no puede ser otra que aquello que represente la sierra igualándola no ya a su cualidad como instrumento del carpintero o al producto del herrero, sino a una cantidad que no sólo pueda entenderse, leerse por carpintero, herrero sino por cualquier otro, y las imágenes que sólo reflejan cantidades más allá de cualidades o intensidades productivas se denomina dinero.

Por tanto, el exterior de la caverna que permite comunicar los distintos universos reclama la verdad no tanto de las producciones sino de las imágenes que permiten comunicar los saberes particulares. El destino final de la salida es encontrar una forma de registrar, representar y repetir estos intercambios de manera estable. La historia ha denominado a este destino Estado.

¿Es el Estado el destino definitivo de la acción humana, la producción última?

¿Cómo influye una forma de registro, representación de las acciones como es la blockchain en proporcionar consistencia en la identidad de los productores, en el manejo de los datos que son las imágenes producidas, y en la valoración de las acciones que sostienen estos saberes (instituciones)?

([http://etimologias.dechile.net/?estado])(http://etimologias.dechile.net/?estado) .

“Todo el mundo se equivoca, piensan que una mercancía es solo una buena. No lo es. Es el contrato. La mercancía es una cierta cantidad de algo, entregado en un momento determinado, con un cierto refinamiento, eso es una mercancía”, dijo el Dr. Wright dice. (https://coingeek.com/craig-wright-bitcoin-is-an-informational-commodity/) Señalar como Craig Wright define mercancía como una cierta cantidad.

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