Tal y como fue concebido originalmente, Bitcoin no se diseñó para acabar con el gobierno. Al contrario de lo que nos han hecho creer los medios, el libro de contabilidad abierto e inmutable ayuda a que los órganos ejecutivos sean transparentes y honestos, facilitando a su vez el pago de impuestos.
Sin embargo, a partir de 2017, BTC (Bitcoin Core) se ha ido alejando del protocolo original, al integrar SegWit y limitar el tamaño de bloque, además de crear cadenas paralelas que anonimizan las transacciones. También Bitcoin Cash (BCH) ha escogido facilitar el anonimato. Así pues, el único proyecto que ha mantenido la visión original ha sido Bitcoin SV (BSV). Esta blockchain, que sigue batiendo sus propios récords en el tamaño de los bloques, dará sin duda mucho que hablar durante los próximos meses.
Privacidad no significa anonimato
Craig S. Wright, creador de Bitcoin bajo el pseudónimo Satoshi Nakamoto, pergeñó un sistema económico donde el dinero goza de privacidad, pero no de anonimato.
«Hay una gran diferencia, y sólo funciona cuando no es anónimo. La privacidad requiere trazabilidad, de manera que le permita tener una forma de acceder y validar una transacción. Para ser fungible, el dinero debe estar vinculado a los registros —incluso el efectivo lo está: tenemos facturas y registros de auditoría—.
El buen gobierno es abierto y transparente.
Bitcoin lo hace más sencillo. Hace que el mundo sea más transparente y abierto.
Permite la privacidad a medida que los usuarios se mueven de una dirección a otra, pero lo hacen de una manera que permite que su actividad sea seguida y analizada, aunque sólo pagando el coste. Con Bitcoin, cualquier persona puede ser investigada, si se paga el precio, y, para hacerlo correctamente, con un registro de auditoría de las transacciones. Y no sólo se puede investigar a los usuarios de dinero dentro de la “comunidad”, sino también al gobierno y las empresas.
Es dinero privado pero rastreable que está abierto y que puede ser revisado, auditado y mantenido en cuenta, lo cual nos hace libres».
Optimización de procesos del gobierno
Cumpliendo con los requerimientos de la ley, Bitcoin SV optimiza los procesos gubernamentales al guardar un registro inmutable de datos, identidades y transacciones. Asimismo, mejora drásticamente la gobernanza del proceso democrático, al posibilitar que todos los individuos tomen responsabilidad de sus actos.
«Cuando todos los registros públicos se graben en BSV, entonces podremos:
a) abaratar el registro de empresas
b) hacer que las búsquedas en los directorios sean gratuitasEsto:
a) reduce las barreras de entrada
b) mejora el acceso a los beneficios fiscales= menos recursos canalizados inútilmente por el gobierno».
Bitcoin facilita el trabajo al gobierno
En lo que respecta al pago de impuestos, este libro de contabilidad inmutable facilita el proceso, al poder automatizar el abono de tasas en el momento de realizar las transacciones. En lugar de realizar anualmente la declaración de la Renta, cada usuario pagaría automáticamente los impuestos que le corresponden.
«Bitcoin permite al gobierno gravar más fácilmente. No detiene los impuestos en absoluto, sino que los hace justos. Una imposición de IVA se aplica igualmente. Cuando gastas en bienes de consumo, pagas impuestos. Si inviertes, por capital, y creas algo para hacer crecer la economía, te quedas con tu dinero.
Bitcoin permite que un comerciante remita instantáneamente los impuestos al gobierno, sin formularios, sin necesidad de realizar auditorías intrusivas, y que el gobierno reciba el dinero instantáneamente y sin necesidad de contar con una gran burocracia para buscar y castigar a los infractores; no habría ninguna».
Un mercado libre
Con su protocolo grabado en piedra, Bitcoin SV le quita el poder al dinero, permitiendo a los usuarios poner precio a su datos, lo que posibilita liberarse de la censura y ganar dinero con el valor de su trabajo. Y, al tratar a todos los individuos por igual, nos permite ejercer con responsabilidad nuestra propia libertad.
«Una economía mundial nunca puede surgir del consenso general de los gobiernos del mundo. Sólo puede emerger de la forma en que lo ha hecho. Es decir, de la invención de un individuo. Al fin y al cabo, la igualdad de trato entre entidades públicas y privadas es la característica básica de un mercado libre».
Cuando los gobiernos se entrometen, a golpe de legislación, en la vida de sus ciudadanos, creando de manera centralizada dinero de la nada, se hace necesario disponer de herramientas que limiten el abuso de poder. Esa herramienta se llama Bitcoin, y los primeros en darse cuenta dispondrán de una ventaja competitiva frente al resto de países.
«Bitcoin es un libro de contabilidad abierto y transparente, que facilita un impuesto justo, que permite gravar el consumo en lugar de la renta, que permite una presentación de informes sencilla y que reduce la intrusión del gobierno, al tiempo que les permite prestar todos los servicios necesarios.
Lo que pocos dicen es que los sistemas anónimos sólo favorecen a los ricos, a los poderosos y al gobierno. Bitcoin aporta transparencia al mundo. Permite a los gobiernos honestos competir equitativamente en campos de juego abiertos, y detiene la corrupción y el fraude».
Bitcoin es dinero honesto
En los próximos meses, el mundo entero descubrirá que Bitcoin fue diseñado para ser dinero honesto, y que BSV constituye actualmente la única blockchain que escala sin límites, permitiendo a empresas y gobiernos construir herramientas sobre su protocolo. Al ser transparente y estable, y actuar dentro de la ley, BSV sobrevivirá a la inminente llegada de las regulaciones.
«Bitcoin nunca fue diseñado para ser un sistema al margen de la ley, ni para atacar al gobierno. Ni una sola declaración que yo haya hecho presenta nada más que Bitcoin como dinero honesto. Ninguna de las declaraciones que he hecho explica que Bitcoin sea una plataforma no censurable que facilite las transferencias de dinero ilícitas, los pagos ilícitos o el blanqueo de dinero. Si piensas que sí, si crees que cualquier cadena de bloques puede ayudarte a tal fin, tendrás un doloroso y difícil despertar».
Cambiar el sistema desde dentro
En definitiva, si queremos cambiar el sistema, tendremos que hacerlo desde dentro, y utilizar las leyes para ayudar a que la tecnología crezca de manera proactiva. Como decía Jimmy Nguyen en una conferencia reciente: «El Dr. Craig Wright y yo nos comunicamos cada vez más con funcionarios del gobierno para proporcionar orientación sobre estos asuntos. Revisamos y comentamos los proyectos de ley. E invitamos al diálogo. Nuestra meta es educar a los legisladores y a las agencias gubernamentales sobre cómo regular responsablemente los negocios de criptomonedas, mientras que fomentamos el crecimiento innovador».
«Cuando el gobierno —en busca de buenas intenciones— trata de reorganizar la economía, legislar la moralidad o ayudar a intereses especiales, el coste es la ineficiencia, la falta de motivación y la pérdida de libertad. El gobierno debe ser un árbitro, no un jugador activo».
Milton Friedman